Simon Girty fue una de las figuras más controvertidas de la frontera norteamericana a fines del siglo XVIII. Intérprete, mediador y combatiente, su vida transcurrió entre dos mundos en conflicto: el de los colonos europeos y el de las naciones indígenas. Durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos y la posterior Guerra Indígena del Noroeste, Girty actuó como enlace cultural y lingüístico, pero también como actor militar, lo que le valió fama de traidor para unos y de aliado estratégico para otros. Este episodio explora su rol en un territorio marcado por la violencia, las lealtades divididas y la compleja realidad de la frontera.