En el año 1900, un barco de suministro llegó al remoto faro de las Islas Flannan, en la costa de Escocia, para una visita de rutina. Lo que encontró fue inquietante: el faro estaba completamente vacío. La mesa servida, una silla volcada y ningún rastro de los tres fareros asignados al lugar.
El registro oficial del faro hablaba de una tormenta feroz que los había aterrorizado durante días. Sin embargo, los informes meteorológicos de la región indicaban un clima sorprendentemente calmo en esas fechas. No hubo señales de lucha, ni cuerpos, ni explicaciones concluyentes.
Más de un siglo después, la desaparición de los fareros de Flannan sigue siendo uno de los misterios más inquietantes de la historia moderna, un caso donde la lógica, el tiempo y el silencio parecen haberse puesto de acuerdo para no revelar la verdad.