En el prólogo del libro Patalogías de la Realidad Virtual, Naief Yeyha escribe: "El sexo, o más bien la promesa de más y mejor sexo, es uno de los grandes motores de la invención tecnológica; desde la imprenta hasta el World Wide Web, pasando por el cine y los teledildonics, el voyerismo ha motivado al hombre a crear mejores repreesentaciones de la belleza femenina. El siguiente paso ha sido darles una semblanza de vida y de interactividad. Mary Shelley entendió que esa obsesión era una forma de compensar la incapacidad masculina de engendrar vida y describió esa patología en Frankenstein, donde el hombre recurre a la ciencia (que en este caso estaba más cerca de la alquimia que de la robótica) para crear un ser vivo a partir de cadáveres, primero en forma de un monstruo masculino y después en el de uno femenino..."
Para hablar sobre este y otros temas relacionados con los robots sexuales y el feminismo invité a Catalina Ruíz Navarro. Feminista Caribe-colombiana, autora del libro Las Mujeres que luchan se encuentran, columnista del El espectador y co-creadora de Las viejas verdes, Brujas tropicales y la revista Volcanica.