Seis meses han pasado desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, meses marcados por guerras arancelarias, desmantelamiento del ya de por sí débil Estado estadounidense, intervencionismo en nombre de una presunta guerra contra el terrorismo, el narcoterrorismo y contra las y los migrantes indocumentados, el presupuesto más grande destinado a la máquina migratoria de deportación, fracturas en su administración cada vez más visibles, ataques a la soberanía de otros países, entre otras respuestas erráticas de un gobierno que ve su hegemonía desmoronarse.
Por su parte, el gobierno de México de Claudia Sheinbaumresponde a amenazas de aranceles, a la par que demuestra sus resultados en combate al crimen organizado, demostrando que las amenazas de Donald Trump carecen de sustento.