Antes de usar con tanta generosidad la palabra soberanía, veamos primero que estamos haciendo para merecerla. El respeto se gana cumpliendo la palabra empeñada. Y en la lucha contra la corrupción, estamos lejos de ser siquiera medianamente buenos.
Antes de usar con tanta generosidad la palabra soberanía, veamos primero que estamos haciendo para merecerla. El respeto se gana cumpliendo la palabra empeñada. Y en la lucha contra la corrupción, estamos lejos de ser siquiera medianamente buenos.