Hoy en día vivimos el reino del YO, un reino en donde para nada está involucrado el Rey Jesús, el servicio a las personas no es vital y tampoco algo que nuestro corazón anhele hacer, construimos y acaparamos siempre cosas terrenales (que no está mal), pero no construimos cosas espirituales que tienen un impacto en la eternidad y en el aquí y ahora.