En la vida hay muchas ocasiones en las que pensamos que somos el centro del universo, que lo merecemos todo, o que todo gira a nuestro alrededor. Pero debemos darnos cuenta que estos pensamientos no vienen de Dios porque el centro de todo es Dios El nos creó y no nosotros a nosotros mismos, como lo dice la Biblia.

La creación vive porque Dios así lo quiere y porque El sustenta todo lo que existe, así pasa con nosotros, vivimos porque El lo quiere. Por tanto nuestra vida no es nuestra, le pertenece a Dios. Eso significa que debemos dar cuentas a Dios por nuestra vida, de lo que hacemos o no. Por tanto debemos buscar agradar a Dios antes que a todas las cosas.

Todo lo que está a nuestro alrededor son engranes y piezas que necesitamos, no somos mejores que los demás. Recordemos que no somos perfectos. Cuando llegamos a Dios El nos cambia para poder tener una mejor relación con El porque todos pecamos y hemos sido destituidos de la gloria de Dios como lo describe la Biblia.

Pidamos ayuda a Dios para que nos ayude a entender que no somos el centro y que El tome ese lugar que le corresponde en nuestro corazón. Necesitamos su ayuda para entender su voluntad y su propósito en nuestra vida. Clama a Dios y El te responderá y te mostrará cosas grandes y ocultas que jamás has visto.