Quizá la trampa más grande del ego es la de intentar darle características de "realidad" a las ideas que tenemos en función de nuestra cultura, sentidos e y conceptos formados por nuestra interacción con el entorno. Se permeable, se permisivo, se compasivo contigo y tu vida.

¿Cuantos deseos, anhelos, lugares buscamos incorporar con el fin de llegar a un lugar en el que internamente digamos "al fin llegué"?

Moverse para ocupar un espacio virtuoso mentalizado genera ansiedad angustia y estrés, en un mundo que

constantemente nos recuerda que hay algo que deberíamos de estar haciendo, obteniendo o anhelando.

Me parece vital lograr un espacio interno en el cual la meditación sea un continuo. Puede sonar pesado, pero es el estado deseable de las cosas, algo natural de lo que fuimos desprovistos por un devenir cultural. Lejos de ir por ahí levitando y en silencio, la meditación es una herramienta de análisis circundante de lo más fructífera.

Solo que te olvidaste y volviste a confundirte sin recordar que tenías razón.

Me permito ser el espejo de lo que quiero ver.

Cuando nos proyectamos demasiado al futuro o tenemos muy presente el pasado para tomar decisiones, no estamos habitando el presente. Si no habitamos el presente, corremos el riesgo de tener una vida no habitada.

Una perspectiva en torno al amor propio y la superación desde un abordaje no temporal, más sí constante.

Es difícil afirmar que querer es poder. Es difícil afirmar que intentando vas a llegar a cumplir tus metas. Es difícil tomar riesgos en un mundo en el que la narrativa nos da la sensación de que podríamos perderlo todo. Es incluso más difícil, a mi entender, vivir una vida en la mínima expresión por miedo a no poder llegar.

Hasta donde hacer, ser y querer?

Buscamos bajo las piedras cualquier cosa que nos indique como hacer un ritual que nos acerque a aquello que buscamos. Yo opino que la respuesta a lo que buscás está adentro y que tu búsqueda externa te acerca, en el mejor de los casos, a tu búsqueda interior.