El cristiano es alguien que sabe leer su historia a la luz de la fe, lo cual es una gracia; por ello, todo en su vida tiene una causa y un propósito. Eso es tener sabiduría, pues Dios es el artífice de su vida, su principio y fundamento. El evangelio, en la misma perspectiva, nos invita a descubrir la gracia de haber sido llamados por el Señor para realizar una misión y un servicio, sabiendo que ello es ya una ganancia y una bendición no merecida. ¡Maestro, tu llamada nos ha transformado!