Ahondamos en cómo somos miembros, no sólo de una confesión religiosa, sino de toda una Humanidad que, de forma misteriosa, mística, es Cuerpo de aquel Cristo que vino a salvar a todos, y que sigue sufriendo en todos.
Ahondamos en cómo somos miembros, no sólo de una confesión religiosa, sino de toda una Humanidad que, de forma misteriosa, mística, es Cuerpo de aquel Cristo que vino a salvar a todos, y que sigue sufriendo en todos.