Un hombre, en cuarentena, mira desde su ventana la calle. Ahí pasan uno tras otro varios músicos callejeros ansiosos por ganarse una moneda luego de que los restaurantes han sido cerrados, también contempla la desesperación de uno de sus vecinos al que le ha dado por martillar corcholatas de refresco en el pavimento y arrojar sus pertenencias desde las alturas. Todo acabará resolviendo en una sorpresa que nos hace reflexionar sobre nuestro lugar en el cosmos en esta pandemia planetaria.