La Specola Vaticana se remonta al siglo XVI, cuando la Iglesia Católica se interesó en el estudio de los astros para ajustar su calendario y comprender mejor el universo. En 1891, el Papa León XIII estableció formalmente el observatorio para mostrar que la Iglesia no estaba en conflicto con la ciencia. Originalmente ubicado en Roma, luego fue trasladado a Castel Gandolfo, a las afueras de la ciudad, y hoy cuenta con un telescopio avanzado en Mount Graham, Arizona, en colaboración con instituciones científicas.