El conocimiento es una llama… que atrae, calienta… pero también consume.
En cada descubrimiento, algo se pierde para siempre.
En cada paso hacia el futuro, dejamos atrás parte de nuestra alma.
Bienvenidos a La maldición del conocimiento. La crónica de lo que el hombre sacrificó en el nombre de la ciencia… aquel pago que rara vez vemos, pero que sigue ahí, bajo nuestra conciencia colectiva, como una deuda sin saldar.