En la cultura náhuatl el llanto tenía una psicología compleja, por lo cual es probable que sea el principal factor para la aparición de plañideras mexicanas. De acuerdo con el testimonio de Diego Durán, durante el funeral del gobernador Ahuízotl se empleó "un gran llanto" luctuoso. Dichos ritos podían extenderse hasta por cuatro días, sin embargo, hubo eventos en los que se lloró hasta por 80 días continuos.