Se nos va de ojo que es frecuente que quienes están al mando u ostentan cargos de responsabilidad en entidades privadas o públicas; no sean precisamente los más competentes y cualificados.
Circunstancia que se debería a un sesgo cognitivo, en función del cual algunas personas incompetentes sobre valoran sus cualidades, mientras que las personas competentes subvaloran las suyas respecto a otras personas.
Un desequilibrio conocido como el efecto Dunning-Kruger, en función del cual algunos incompetentes viven en una superioridad ilusoria por su limitada capacidad de auto conocimiento; beneficiada por una percepción externa errónea por parte de las personas competentes. Así la falta de autocrítica lleva a muchos a asumir retos para los que no tienen el conocimiento ni habilidad suficiente; mientras que otros, por prudencia, ven recortadas sus capacidades de promoción. En palabras de los psicólogos sociales que definieron el concepto: "la mala calibración de los incompetentes obedece a un error sobre uno mismo, y la mala calibración de los competentes obedece a un error sobre los demás". Por eso la ignorancia es siempre atrevida. ¡Que no se te vaya de ojo!