La mejor noticia de todas es que las cicatrices de Jesús fueron por nuestros pecados; contra nosotros mismos y contra los demás. Jesús murió para perdonar los pecados de todos los que creen en Él y confiesan, como Tomás: "Señor mío y Dios mío".
La mejor noticia de todas es que las cicatrices de Jesús fueron por nuestros pecados; contra nosotros mismos y contra los demás. Jesús murió para perdonar los pecados de todos los que creen en Él y confiesan, como Tomás: "Señor mío y Dios mío".