Bajo el manto de la noche, cuando la luna apenas se atreve a asomarse, las pijamadas se convierten en algo más que una simple reunión de amigos. Son un ritual antiguo, un pacto tácito donde los valientes se reúnen para desafiar lo desconocido. En la penumbra de una casa que cruje como si tuviera vida propia, las risas se mezclan con el eco de pasos que no deberían estar allí. Las linternas tiemblan en manos sudorosas, y los espejos reflejan cosas que no siempre tienen explicación.
Dicen que las pijamadas abren puertas... puertas que no siempre se cierran. Entre cuentos de terror susurrados y juegos prohibidos como la Ouija o Bloody Mary, algo antiguo y hambriento podría estar escuchando, esperando su turno para unirse a la fiesta. ¿Es solo tu imaginación la que hace que el aire se sienta más pesado? ¿O hay algo, justo detrás de ti, respirando en tu nuca mientras lees esto?
Prepárate, porque esta noche no es solo una pijamada. Es una invitación a lo que acecha en las sombras.