En el año 999, Gerberto de Aurillac, conocido como Silvestre II, ascendió al trono papal. Este Papa fue un erudito que dominaba las matemáticas, astronomía y mecánica, conocimientos adquiridos durante sus viajes por tierras árabes. La leyenda cuenta que Silvestre II hizo un pacto con el diablo para obtener su vasto conocimiento y que construyó un autómata capaz de predecir el futuro. A lo largo de su papado, los rumores sobre su pacto oscuro crecieron, especialmente cuando comenzó a usar su creación mecánica para obtener respuestas místicas.