La Hna. Rosa Ma., dijo que es necesario ser dóciles a la acción del Espíritu, para que seamos puentes y acompañemos a otros en su realización como personas. Insistió en que es necesario que la Iglesia no sea indiferente para nadie. Dijo que es necesario cultivar la amistad y el trato personal, como insustituibles en la experiencia sinodal.El Padre Juan Diego dijo que ha notado que en toda persona, creyente o no creyente, siempre hay un interés por lo que dice y hace la Iglesia. Respecto a ella, no hay indiferencia, y hay que aprovechar eso. El trato personal y la amistad social con cada persona es insustituible para abrirnos camino como Iglesia, para trabajar juntos. Más allá de documentos, de la infraestructura, es insustituible la amistad personal, el trato. Hay que aprender a escuchar y cuidar mucho las actitudes. El Padre Carlos Sandoval señaló que la educación, une. El tema de la educación permite un diálogo, dentro y fuera de la Iglesia. Nos llamó a hacer valer las invitaciones del Papa Francisco, tomando en cuenta que "todo educa, todos educamos y todos vamos siendo educados, todos los días". Recuperó la afirmación de Aristóteles quien señaló que "la educación es el camino para educar todos los vicios". El Padre Gonzalo Vásquez, insistió en que la "persona está al centro", y que como hizo nuestro Señor Jesucristo en la Encarnación, nuestra pastoral debe estar centrada en la persona concreta. Con la Pandemia, tenemos que cuidar que los instrumentos no se conviertan en fines. Un gran desafío de todos los tiempos es el servicio a la verdad, aún dentro de la Iglesia. La educación y labor cultural son acciones transformadoras. Nosotros tenemos el Magisterio de la Iglesia, particularmente Laudato Si` y Fratelli Tutti, que pueden ayudarnos mucho. La cultura del encuentro es un gran desafío. No podemos olvidar el trabajo que hay que hacer a nivel de estructuras, de leyes, de condiciones para seguir promoviendo nuestra aportación a la sociedad.