A veces no es suficiente ser, bueno y decir, que no te
gustan los problemas, para que estos no se generen, y
sí, siempre he dicho que, si no quieres que los
problemas se generen, no los generes tu ni con el
pensamiento, y mucho menos con la palabra que sale
de tu boca cada, que algo se presenta, hasta lo más
casual y sin tanto complejo. Para no decir problema.
Situaciones van, vienen y no deben ser tema, para que
nos superen en masa, pero el ser humano hace todo
porque esto así pase las situaciones, si no superan en
masa no eres ser humano. Que cosas más masoquistas
que somos. Si no estamos a la orilla de un abismo, ya
casi por tirarnos de él, entonces no valió la pena la vida.
Que es la vida, sin cuando venimos y somos tan
pequeñitos; la vida nos parece tan plana y sin ninguna
situación que nada más preocuparnos por jugar. Y ser
grandes es algo, que no todos los niños anhelan. Y ser
un adulto, lleva a que si no tienes un determinado
número de situaciones casi castrantes al borde de un
abismo. No eres un adulto competitivo.
Y que hay, de los que no, vivimos para ser competitivos,
sino solo queremos llevar una vida positiva tranquila, y
si, tontamente llena de energía de amor, ¿hay algo de
malo en eso?, ¿Qué pasa si no quiero situaciones
negativas en mi vida?, ¿Qué pasa si ni, con el
pensamiento palabra evito atraer lo que no necesito?
Yo merezco una vida plena, en la más dulce armonía,
en donde la prosperidad en todas las áreas de mi vida
ya es por derecho de consciencia.
