En ocasiones en nuestra vida, de forma inconsciente tomamos ese rol de emperador, nuestro ego sale a flote para intentar cual si fuéramos dicho personaje, organizar todo lo que está a nuestro alrededor, mandar y dirigir. Sin embargo esta es una postura que no es para nada mala, el problema es cuando este ego de emperador que poseemos se cruza con nuestro entorno, nuestra familia, o nuestros seres queridos.