La pandemia por el SARSCOV-2 afectó la actividad turística como nunca, pero además demostró lo resiliente que son las actividades y las personas dedicadas al turismo. Desde el 2020 la actividad turística tuvo que hackearse, y replantearse para continuar vigente.

Imposible imaginar un mundo sin sonido, aun cuando estamos sumergidos en imágenes los sonidos también son característicos de regiones, de costumbres, de actividades culturales que son atractivos para los turistas.

De la misma manera que los botiquines nos ayudan a socorrer alguna emergencia o necesidad de salud, las aplicaciones tecnológicas dirigidas a la actividad turística facilitan a los viajeros la experiencia de conocer una zona o región.

Con la información de los rastros que dejamos en internet se pueden indagar tendencias e intereses de grupo(s) que pueden facilitar la construcción de nuevas propuestas turísticas.

Con el uso de buscadores como Google o de las redes sociales dejamos rastros de nuestros intereses, gustos, preferencias, y hasta lo que nos disgusta. Esa información puede ser útil en la toma de decisiones y la conformación de estrategias para atraer turistas.