El mundo no es lo último y lo supremo, sino creación, es decir, obra divina. El mundo reposa sobre la sabiduría de Dios y sobre su potencia creadora. Es verdadera y auténtica realidad, pero realidad creada. No se pertenece a sí mismo ni es absolutamente autónomo, sino que es propiedad y dominio de Dios. Dios es absolutamente transcendente al mundo. El mundo no se identifica con Dios, ni es parte suya, es creación de Dios. Crear significa que Dios produce la totalidad de lo que existe. Al crear, se produce un paso absoluto, sin nada previo, del no-ser al ser. Es una acción que solo Dios puede llevar a cabo.
Hosted on Acast. See acast.com/privacy for more information.