¿Será Hannah un fantasma? ¿Y sus hermanos? ¿Y su amigo Danny? ¿Le importa a alguien acaso? RL Stine nos ofrece el final de una de sus novelas más aburridas, que tintamos de chistes malos, juegos de palabras y segundos sentidos a la manera habitual. Al menos la semana que viene empieza uno de los buenos. ¡Qué miedo vais a pasar!