O el momento en el que la intoxicación etílica llega a su cumbre. Locutores que no se enteran, horribles juegos de palabras, momentos de puro terror y un relato con amigos imaginarios que se tienen MUCHÍSIMA tirria. La semana que viene, volveremos desalcoholizados con un nuevo relato. A la antigua usanza. Sin bebercio. Menos mal.