Este año no hay chupitos, no hay relatos cortos y no hay bingo, pero es por una buena cusa: seguir leyendo el libro que empezamos en el confinamiento, 'Metamorfosis terminal'.
Pero claro, se nos lía la cosa, para variar. Si ya estamos dispersos de normal, imagina en un verano pandémico.
¡Qué miedo vais a pasar!