Muchas veces pasamos gran parte de nuestra vida
tratando de agradar a los demás, sin darnos cuenta caemos en la pérdida paulatina de identidad, Isaías 53:3 “Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de quien {los hombres} esconden el rostro, fue despreciado, y no le estimamos”.