todo tiene que ver con el cuerpo. la tristeza, la angustia, el dolor, el delirio, el éxtasis, todo tiene que ver que con el cuerpo. sensaciones que nos atraviesan de lado a lado, que dejan sus marcas, sus rastros. y en este recorrido, la musica siempre acompañando, marcando un compás... un ritmo cadencioso que no se detiene nunca. 

 pasando revista igual que en un magazine vespertino, se desdibujan las horas. canciones sentimentales de ayer y de hoy nos acompañan y nos dan la mano. el camino y el andar es caprichoso pero constante...

la muerte y su guadaña arrasadora. lo que esta muerto no puede morir... o eso dicen. sin saber lo que nos espera, nos dejamos caer y nos entregamos a lo que tenga que ser 

un capricho, un antojo... a pesar del tiempo nunca hemos olvidado. y hemos regresado a esta, nuestra casa eterea. nos dejamos llevar nuevamente por esos antojos, esos caprichos. un camino que ya recorrimos pero que siempre nos sorprende