A los hombres a menudo se les enseña a no expresar vulnerabilidad o emociones, lo que puede agravar los sentimientos de soledad y evitar que busquen ayuda. Cuando la soledad no se aborda, no solo se queda como un sentimiento; puede llevar a problemas de salud mental más graves, como la depresión, la ansiedad y, en casos graves, el suicidio o el daño a sí mismos.