Es tremendamente increíble que tengamos tanto de parte de Dios y aún sigamos con pensamientos mundanos. Es tremendamente injusto seguir pensando de Dios que pueda traer cosas malas a nuestra vida cuando lo único que siempre ha habido en su mente y corazón es hacernos bien.

Es demostrar el poco o nulo conocimiento que se tiene de Dios cuando se piensa que el Creador del mismo universo que no alcanzaremos nunca a conocer necesite de aquello que ha creado alguna cosa.

Le invito a escuchar esta reflexión.

Por qué habrás de sufrir siendo un hijo e hija de Dios de una dolencia, malestar o enfermedades simples o graves; cuando tienes a tu alcance todo lo necesario para vivir en plenitud.

La palabra de Dios no es un laboratorio donde se hacen pruebas a ver si funciona ¡NO! la Palabra de Dios es infalible en todo aquello en lo que participe. Isaías 55:11

2Pedro 1:3 «Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia»

Si esto que acabamos de leer es verdad y lo es; porque escrito está en el: Salmo 119:160 «La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia.», entonces el hijo y la hija de Dios no debería preocuparse de sí se cumple o no en ellos la Palabra de Dios, sus promesas; sino más bien, ser diligentes en recibirlas y vivir en ellas ¡aleluya!

Porque si el Padre nos ha dado todas las cosas en su Hijo Jesucristo, quien creó todas las cosas y existen en Él como también nos enseña: Apocalipsis 4:11 «Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.» entonces no hay nada que un hijo o hija de Dios debe anhelar tener sino solamente ocuparse en la comunión con el Padre y su Hijo Jesucristo por medio del Espíritu Santo.

Hay algo que muchos cristianos no han podido entender y es lo siguiente. Que cuando se trata de ejercer tu autoridad en Cristo, es importante entender que no lo estás haciendo en tu nombre, sino en el Nombre de Jesús.

Así que no había conocimiento verdadero de quién en verdad era Dios. el pobre buscaba al alfarero para que le hiciera un dios de barro, el que tenían un poco más de dinero buscaba un carpintero que se lo hiciera de madera y el rico buscaba quien se lo hiciese de oro o de plata.

Y si no había verdad ni conocimiento de Dios por lo tanto tampoco podía haber misericordia. Tito 1:16 «Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.»

La constancia es una virtud muy poco señalada en la vida cristiana siendo tan importante. Alguien dijo… «si haces siempre las mismas cosas, obtendrás siempre el mismo resultado» o «Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo».

Yo particularmente considero que la constancia es extremadamente importante si quiero alcanzar objetivos; ya no solamente naturales sino espirituales.

Jesús habló de la constancia de la viuda en Lucas 18, que le exigía al Juez que aplicara la justicia establecida a sus adversarios.

Según las doxologías que se hallan en casi todas las epístolas; Dios bendice a sus hijos. En nuestra lectura inicial el apóstol Pablo dice que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es verdad que es Dios y Padre de Jesús, pero también lo es de cada uno de aquellos que creen y han recibido a Jesús como su único y suficiente Salvador.

El apóstol escribió. Juan 20:17 «Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; más ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.»

Sobre este tema hay mucho que decir, pero en esta mañana vamos a introducirnos un poco más. Vamos a hacer que las aguas del entendimiento y revelación del Espíritu Santo nos cubran.

Hay que comenzar por el significado de la palabra «blasfemia». Según el diccionario de la RAE, «blasfemia» es «difamación». Y «difamación» ¿Qué es? La difamación es el efecto de «difamar» que es desacreditar a alguien, de palabra o por escrito, publicando algo en contra de su persona o familia.

Tanto en hebreo como en griego, «blasfemar» es el lenguaje difamatorio o injurioso hacia Dios. Tales como frases o hechos que abarcan las maledicencias, maldiciones, afrentas, calumnias, injurias, imprecaciones, etc.

También es blasfemia cuando se le atribuyen evidencias del poder divino al diablo.

La palabra de justicia no es otra que el evangelio; en el cual «la justicia de Dios se descubre de fe en fe»; como leemos en: Romanos 1:17 «Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.»

A esta justicia de Dios así mismo se le llama «el ministerio de justicia» como también dice: 2Corintios 3:9 «Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.» que incluye la doctrina de la justificación.

La doctrina de la justificación es la que enseñan los apóstoles en sus epístolas; principalmente el apóstol Pablo. Nadie podía sentirse más justificado que Pablo que cuando aún era Saulo de Tarso, era un perseguidor de los seguidores de Cristo.

el apóstol Pedro en 1Pedro 2:9, menciona varias características del hombre nacido de nuevo por la confesión de Jesucristo. Así mismo, también de señala el estado en el que se encontraba; antes de su llamado y elección.

Al igual que Israel fue escogida en un sentido espiritual para ser luz a las naciones, así mismo ahora la iglesia es el Israel espiritual para anunciar al mundo la verdad de Cristo. A diferencia de Israel, esta nación santa y real sacerdocio no está basada en los méritos propios o particulares sino en la obediencia a Cristo quien es el Verbo hecho carne, la Palabra de Dios.

Si siempre te dejas seducir por cosas que dan placer a tu carne, significa que tu carne está gobernando a tu espíritu. Esto también implica muerte espiritual.

Muchos pasajes en la Biblia advierten no solamente a los que viven buscando placer sino también a los que se juntan con ellos.