Sabías que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) nuestros cuerpos están compuestos 60% de agua, por eso dependemos de ella para que nuestros órganos funcionen correctamente, para hidratarnos y mantenernos saludables. En definitiva, el agua es esencial para nuestras vidas, y por esta razón Jesús se compara con el agua, para darnos a entender lo esencial que él, Jesús, es en nuestras vidas.