Un propuesta que nació destinada al fracaso, dejó en clara evidencia la intención de estratificar el Fútbol Europeo al convertirlo en una mina de oro para ser explotada por unos pocos, bajo la "excusa" de la difícil situación económica de los Clubes debido a la Pandemia. No contentos con ello, la FIFA sentó su poderío al amenazar a los jugadores que compitieran en la Super Liga, de quedar relegados de los otros certámenes deportivos, incluido el Mundial de Fútbol.