Muchas empresas aún no han encontrado una manera efectiva de cuidar el bienestar de sus empleados. A menudo, los entornos laborales priorizan la productividad por encima de la salud, dejando de lado acciones sencillas pero poderosas, como ofrecer fruta fresca.
Esta carencia impacta en el ánimo, la energía y la percepción que los trabajadores tienen de su lugar de trabajo. Las pequeñas decisiones, como empezar el día con una manzana en lugar de un café y bollería, pueden transformar por completo la cultura de una empresa. Además, ¿por qué no hacerlo integrando a personas con discapacidad en la cadena de valor?
Eduardo, de Refruiting, nos explica cómo su empresa ha logrado ofrecer fruta a oficinas de todos los tamaños en España, Francia e Italia. Su modelo combina salud, logística eficiente e inclusión social, aportando mucho más que un simple producto: construyen cultura empresarial con alma.