Tenemos una bendita esperanza que aguardamos con fervor, y como nos exhorta el apóstol Juan, “El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!» El que oye, diga: «¡Ven!»” y nos unimos al mismo apóstol diciendo: “¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!” (Ap. 22:17, 20)
Tenemos una bendita esperanza que aguardamos con fervor, y como nos exhorta el apóstol Juan, “El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!» El que oye, diga: «¡Ven!»” y nos unimos al mismo apóstol diciendo: “¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!” (Ap. 22:17, 20)