La biblia nos enseña en Lucas 18:35-42 que existía una persona enferma y mendigando, pero el versículo 40 sucede algo formidable. Jesús caminando de Jericó a Jerusalén, un ciego estaba sentado junto al camino, mendigando. Este también sentía que nadie le prestaba atención. Y en ese día especial, mientras la multitud pasaba con los ojos enfocados en Jesús, nadie se detuvo para ayudarlo.