Historias con Berenice

Todo lo que puede cambiar en una semana


Listen Later

Todo lo que puede cambiar en una semana. Lo que se suponía que sería una semana de
vacaciones para ver a nuestros hijos se ha convertido en meses juntos en esta prisión.
Venías a quedarte por una semana para ver a nuestros hijos. Una semana de vacaciones
para ti y para mi. Esto me daría libertad y apoyo y a ti te daría una oportunidad de salir de
tu rutina y visitar este país donde ahora radicamos y a ver a los hijos que tanto dices
querer ver.
Ya habías comprado los billetes de avión cuando empezaron las noticias del Coronavirus.
Estaba pasando en un país lejano, en otro continente. Nosotros nos creíamos invencibles.
Todo era una manipulación de los noticieros. Estaban todos exagerando. Obvió en
nuestros países esto no ocurriría. Teníamos por qué creer lo que escuchábamos.
Se acercaba la fecha de tu visita y ya se reportaban casos en países cercanos, nuestros
líderes decían que nosotros no estábamos afectados. Que era como cualquier catarro. Que
no paráramos de salir ni abrazar a nuestra gente. Quisimos creer eso. No conocíamos a
nadie que conociera a nadie con la enfermedad.
Unos días antes de partir ya estaban cerrando algunas fronteras cercanas, pero nuestros
aeropuertos seguían abiertos. No pasa nada decían nuestros líderes.
El viaje estaba planeado. La inversión había sido grande y no tenías seguro de viaje. No
podías perder todo ese dinero. Vente, te dije, solo es por una semana.
Los rumores de que todo estaba peor de lo que decían las noticias ya estaban por todas
partes. Gentes que si conocíamos estaba en sus casas sintiéndose mal y con fiebre. No era
Coronavirus decían los expertos. Vayan al entierro. Abracen a su gente, salgan a comprar.
No usen cubrebocas, los cubrebocas te roban el oxígeno, este es un complot de los ricos.
No hay nada que temer.
Muchas empresas se habían cerrado a pesar de que el gobierno estaba en contra. Muchas
familias ya llevaban semanas aisladas. Es una gran inversión, son meses de planearlo, solo
será una semana. Vente, vente te dije. Solo es una semana me dije. Necesito su apoyo.
Los niños extrañan a su padre. Por fin quiere apoyar, que apoye. Yo necesito un respiro.
Yo necesito escapar un poco.
Llegaste y tomamos algunas medidas sanitarias, más por complacer a los demás que por
convicción. Pero no había tiempo de aislamiento, solo teníamos una semana. Los niños
felices y confundidos de ver a ese hombre que se decía su papá. Un hombre al que
añoraban, pero no recordaban bien.
Yo si recordaba claramente todo lo que me hizo salir huyendo lo más lejos posible de él.
Pero también recordaba los hermosos momentos que me hicieron volver a creer en él una
y otra vez.
Él llegó fresco, lleno de buenas intenciones y seguramente dispuesto a conquistarnos para
escapar la vida que había creado.
Los primeros días fueron hermosos, muchas risas, ganas de volvernos a conocer. Los
niños se fueron relajando, abriendo, confiando. Era solo una semana.
Y si hubiera sido solo una semana hasta lo hubiéramos extrañado y hubiéramos añorado
su regreso.
Es sorprendente todo lo que puede cambiar en una semana.
Su hermana falleció de Coronavirus, el olvido mencionar que estaba grave antes de que él
partiera. Ellos habían estado juntos poco antes de que él la llevara al hospital.
¿Por qué no me dijiste? ¿Porque nos pusiste a todos en peligro?
Era una gran inversión de tiempo y dinero, no podía dejarla ir.
¿Cómo podía yo mandarlo de regreso a su casa en un avión lleno de gente?
Salte de mi casa y no vuelvas, es lo que debí de haber dicho, pero no tenía ni con qué
caerse muerto.
Había invertido todo en los regalos y en ese esfuerzo de conquistarnos.
Ya es demasiado tarde me dije, si ya nos infectamos, ya es demasiado tarde. Son unos
pocos días y se va.
¿Cómo podía yo mandarlo de regreso a su casa en un avión lleno de gente?
Probablemente no está infectado, es mejor que se vaya. No lo quiero aquí. Es tan típico
de él, solo pensar en él y no en nosotros. Es tan típico de él el no pensar en las
consecuencias. Él siempre se quiere salir con la suya y no pensar en los demás.
El universo se confabuló con él.
Y ahora ya cerraron los aeropuertos. Ya no se puede ir. Ya han pasado meses. No nos
contagiamos. No estaba contagiado.
Yo siempre pensando en los demás, él solo piensa en él.
...more
View all episodesView all episodes
Download on the App Store

Historias con BereniceBy Berenice Lara, Berenice Lara Laursen