Lamentablemente es una realidad que está presente en los seres humanos cuando nos apartamos de la comunión con el Espíritu santo de Dios y nos dejamos gobernar por la carne, empezamos a mostrarnos por lo que nos destaca y nos lucra por sobre los demás, dejando de lado el testimonio de un espíritu redimido, lleno de humildad, sencillez de corazón y de cordura, Filipenses 3:7-8” Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.