¿Cuánta gente no ha conocido usted que han tenido grandes logros en diferentes áreas de su vida y usted les pregunta cómo lo hizo? y solo le responden: con mucho esfuerzo y sacrificio, pero no mencionan a Dios por ningún lado. Es natural que el mundo reaccione de esta manera porque no conocen a Dios, y piensan o les conviene pensar que todo lo que tienen lo tienen porque ha sido únicamente gracias a sus propias fuerzas, pues así no tener que deberle nada a nadie. Pero nosotros los hijos de Dios sabemos que otra muy diferente es la razón por la que podemos lograr cada cosa que nos proponemos. No hay un cristiano de verdad que no pueda decir que ha sido Dios quien le ha ayudado en sus logros además de su esfuerzo y sacrificio. Es mi deber decirte mi hermano, mi hermana que aunque tengamos grandes sueños en la vida no se rindan hasta verlo cumplido, (siempre y cuando estos sueños sean los sueños de Dios, que son aquellos que superan el beneficio propio), pero cuando lo hayas logrado no te olvides de tu Dios, no te olvides que no llegaste por cuenta propia, no te olvides que fue Él que te sostuvo con su brazo fuerte hasta llegar a la meta, y cuando te pregunten cómo lo hiciste puedas responder: Todo se lo debo al Señor.
Que maravilloso es este verso en la Palabra que está en 1 Crónicas 29:12-13 y dice:
Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino,y tú eres excelso sobre todos.
Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.
Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso Nombre.