Jesús es presentado en el evangelio ofreciendo su cuerpo como sacrificio por todos nosotros, en una actitud sacerdotal nueva, que implica un compromiso que involucra su vida misma y que se perpetúa en la historia, en una dinámica de salvación constante. Todos nosotros participamos de esa misión sacerdotal de Cristo, unos como ministros y otros como . bautizados, pero todos siendo puentes de diálogo y encuentro entre Dios y el mundo. ¡Que tu sacerdocio, Señor, ¡nos impulse a asumir nuestro compromiso con el mundo y con nuestra historia!