Tosca es una ópera donde la realidad va destrozando las ilusiones. Hay de todo: engaños, deseos lascivos, traiciones, un suicidio en escena, un fusilamiento y un trágico desenlace final. Toda la acción transcurre en un solo día, desde el sonido de un Te Deum al amanecer del 17 hasta el 18 de junio de 1800. De fondo, la ciudad de Roma, donde los acontecimientos históricos forman parte indisoluble del drama: Napoleón invade Italia en pos de sus ideas revolucionarias.

En la época de su estreno, en enero de 1900, el ambiente político era muy tenso, con movimientos anarquistas en contra de la monarquía y el Vaticano no apoyaba la creación del nuevo Reino de Italia. Es en este clima de disturbios cuando se estrenó Tosca. Por este motivo, en parte, la ópera no constituyó un éxito inicialmente: mostró un retrato de la ciudad papal tan crudo que seguramente incomodó a una parte del público romano.

Monumento lírico

A pesar de tanta violencia en el libreto, toda la crítica reconoció entonces y seguimos haciéndolo ahora, que Tosca contiene tres de las arias más hermosas de todo el género operístico verista: "Recóndita armonía", "Vissi d'arte" y "E lucevan le stelle". No se pierdan este monumento lírico que es Tosca de Puccini.