Trabajé en un cine nocturno que parecía normal hasta que me entregaron una lista de reglas extrañas. Al principio, no les di importancia, pero pronto descubrí que romperlas tenía consecuencias aterradoras. Las películas que se proyectaban no solo eran de terror; parecían predecir el futuro, incluyendo el mío. Este cine ocultaba algo más profundo, un horror indescriptible que no seguía las reglas de la realidad. Lo que pensé que era solo un trabajo más, terminó siendo una pesadilla sacada de una creepypasta.