Cambiar de trabajo, de ciudad, de relación… incluso de opinión. A veces, el miedo no es al cambio en sí, sino a perder lo que conocemos. Pero... ¿y si cambiar no fuera tan terrible? ¿Y si el miedo fuera, en realidad, una señal de crecimiento?
El tema de hoy es el miedo al cambio y cómo a los 30 puede darnos más o menos miedo.