En nuestro idioma los refranes actúan como pequeñas columnas que sostienen la sabiduría popular. Y si hay un arquitecto que supo edificar con estos pilares lingüísticos, ese fue Cervantes. En su ingenioso hidalgo y en su fiel escudero, el autor se quedó a gusto dejándonos una auténtica lluvia de dichos que, con el tiempo calaron hondo en la manera de hablar. Cuando alguien los usa, a menudo lo hace sin siquiera sospechar que están sacados de la novela que convirtió en mito la figura del caballero andante.
En otras lenguas los refranes son prácticamente calcados a los que conocemos. Es normal, porque en el fondo la experiencia humana tiene las mismas moralejas sin importar el idioma. Aunque es verdad que hay casos que si los traducimos literalmente, rozan lo absurdo.
Por eso en el programa de esta semana nos hemos propuesto buscarle "tres pies al gato". Si algo nos enseñó Sancho Panza es que los dichos nunca vienen solos… y nosotros tampoco.