Esta semana en Totus Pódcast nos sumergimos en un episodio histórico de esos que uno duda que hayan existido de verdad. Un periodo que, solo con escuchar cómo se le bautizó, ya anticipa el ambiente de la época: la pornocracia. Con solo pronunciar la palabra, uno se imagina intrigas, pasiones, luchas de poder, decadencia… Y sí, todo eso estuvo presente, pero mucho peor de lo que cualquier mente bienpensante podría llegar a inventar.
Antes de lanzarse a escuchar el programa, les proponemos un pequeño ejercicio: cierren los ojos, respiren hondo y déjense llevar por la imaginación. ¿Qué evocaciones, qué imágenes despierta en su cabeza una palabra tan contundente como pornocracia en el contexto Vaticano? Les adelantamos que cualquier cosa que hayan visualizado se quedará corto frente a la realidad histórica que comentaremos. Porque cuando los papas no se elegían mediante un sistema claro y establecido, las puertas quedaban abiertas al caos. Y si además sumamos la lucha de poder entre las grandes familias aristocráticas de la Roma del siglo X, el escenario era propicio para que la Iglesia se convirtiera en el tablero de un juego turbio y despiadado.
A menudo pensamos en los pontificados como una cadena de sucesión más o menos ordenada, marcada por cónclaves, votaciones y solemnidad. Pero hubo un tiempo en que todo eso no existía. Ni votaciones, ni mecanismos formales, ni apenas normas. Bastaba el músculo político o militar, o simplemente el capricho de las élites, para encumbrar o derribar a un papa. La historia de la Iglesia es mucho más caótica de lo que solemos imaginar, y la pornocracia es un ejemplo magnífico de cómo el poder, el dinero y los impulsos más bajos pueden mezclarse en el epicentro de la cristiandad.
En el episodio de esta semana contamos, con rigor histórico y nuestra habitual irreverencia, qué fue realmente ese periodo llamado pornocracia. Pero mejor aún: les animamos a escucharlo después de haber hecho su propio ejercicio de imaginación. Así podrán comprobar si la historia supera, como casi siempre, a la ficción.