Un valiente intento de llamar la atención
Los consumidores cada vez son menos capaces de advertir la existencia de tu producto o servicio que deseas brindar, cada vez le prestan menos atención a las publicidades, muy pocos de ellos se concentran, ni son capaces de comprender lo que intentas decir.
Por supuesto, se que haz trabajado duro la parte del papel que te tocaba jugar, tu guión, gastaste dinero en anuncios publicitarios como si se tratara de una película de Hollywood y quizá lo editaste todo a media noche. Pero los consumidores, que disponen de poco tiempo y están saturados de información, no siempre son capaces de comprenderlo.
Cuando existen tigres animados en 3D, autos que hablan y el mejor director cinematográfico, no queda suficiente espacio para contar tu historia. Los consumidores hacen caso omiso de tu anuncio, se olvidan de que lo han visto y es así como la mayoría de los anuncios te hacen perder miles de dólares. Si eres muy bueno en tu trabajo y tienes mucha suerte quizá unas cuantas personas verán tu anuncio.
La frecuencia funciona
Mike Tyson no se convirtió en campeón mundial derrotando a 20 rivales a la vez, sino que lo logró derrotando a cada contrincante en 20 combates. Lo logró mediante la aplicación de la frecuencia y así fue capaz de transmitir su mensaje a todos los hogares.
Si quieres llamar la atención de tu cliente tienes que aplicar la técnica de la frecuencia en tus anuncios publicitarios, en tu contenido, en redes sociales, en los blogs, podcast, etc. Conseguir que tu mensaje llegue a resonar en la cabeza de cada hogar una y otra vez. Si aumentas la frecuencia en tus historias de Instagram o de Facebook, en tu contenido, o en tus anuncios publicitarios, la gente terminará recordándote. Si solo el 10% de la gente te recuerda mañana, y cambias tu estrategia aumentando la frecuencia de exposición y lo realizas durante 30 días consecutivos, tarde o temprano la mayoría de la gente acabará por recordarte.
La frecuencia ayuda a que las personas se concentren en tu mensaje, de la misma manera que repetimos las cosas a un niño de cuatro años de edad , por que así es más fácil captar la idea que tratas de comunicar. Al igual que escuchamos una canción, a medida que entra a nuestros oídos una y otra vez el ritmo, los sonidos y la melodía se va haciendo más clara. Generalmente cuando aumentas la frecuencia en un cien por cien, tu efectividad se amplía en un 400 por ciento.