¡SEXO! Una palabra tan ‘satanizada’ como la misma serpiente. Quizás en el intento por devolver el sentido profundo que representa la sexualidad, muchos líderes cristianos han caído en prédicas que invitan a reprimir nuestra naturaleza, infundiendo temor y rechazo hacia ella. Pero, ¿de verdad haría Dios el placer sólo para tentarnos o reproducirnos? Y, si el placer es pecado, ¿dejamos de comer y de dormir, porque es placentero? Gretthel Chinchilla especialista en psicología clínica y educativa, nos ha hablado de sexualidad, la inmensa riqueza de este término y el momento justo donde el dulce sabor del sexo es una ofrenda agradable a Dios. Si quieres descubrir por qué el postre se deja para el final, ¡no te pierdas este episodio!