Saber que somos bendecidos nos da una fortaleza única, no hay problema que no podamos enfrentar, ni situación dolorosa en la que esa bendición que viene de lo alto nos vuelve. en seres de amor y luz en medio de las dificultades. Reconocer que somos bendecidos es mucho más que sentirnos protegidos, es aceptar que somos amados y cuidados de una manera tan hermosa por ser hijos de Dios.