La primera carta de Juan es un testimonio fuerte para los cristianos de todos los tiempos. Nos exhorta a renovar nuestra identidad en Cristo, asumir los desafíos por la fe y vivir en comunión con Dios y los hermanos. El evangelio nos proclama el bautismo del Señor que da lugar a una manifestación de Dios, una "teofanía", en la cual se nos manifiesta la divinidad del Hijo de Dios encamado y se nos invita a escucharlo y a seguirlo. ¡Señor y Dios nuestro, danos la gracia de estar atentos a tu voz en nuestras vidas!