Ser jóven de una manera natural e inconsciente nos hace creer que nos hacen falta muchos años por vivir, lo que es totalmente falso, ¿quién te lo asegura?. Ese pensamiento nos hace dejar de valorar los pequeños detalles que hoy cómo jóvenes podemos tener o gozar, debemos reflexionar y darnos cuenta que cada segundo de mi juventud es un regalo, es un segundo menos de vida, comencemos a mirar a los ojos a las personas que amamos y decir lo que sentimos, movernos y hablar lo que pensamos, hacer lo que nos da miedo por el qué dirán, debemos despertar.