Nuestra mente es el campo de batalla que el enemigo usa para tratar de controlarnos.
Él quiere que nosotros estemos en guerra contra nosotros mismos, diciéndonos que no servimos para nada, que estamos mal, que somos malos, que no seamos suficientes, que como fuimos capaces de hacer en un tiempo esto o aquello y que no merecemos el amor ni el perdón de Dios, y pone la idea del remordimiento y no la del arrepentimiento.
Él quiere que nosotros estemos en guerra con Dios y con Jesucristo, No quiere que conozcamos y andemos en la verdad, no quiere que renunciemos de corazón a nuestra pasada manera de vivir, no quiere que reconozcamos el sacrificio de de Jesús en la cruz, él quiere mantenernos cautivos, que te quejes por todo con Dios y que no seas agradecido
Él quiere que nosotros estemos en guerra con los demás. Él quiere que juzgues, que critiques, que vivas en contiendas, en enemistades y sobre todo que no perdones. Efesios 4: 26-27 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.